Dálmata, cuyo nombre real es Fernando Mangual, dice que con Belleza latina buscó recordarle al público su estilo de siempre. Pero pronto hará tema más arriesgados
Le dicen Dálmata desde niño, “no porque haya sido muy perro en la vida”, aclara el puertorriqueño próximo a cumplir 41 años.
“El nombre me lo pusieron porque cuando era pequeño y casi no tenía ropa, andaba descalzo, quizás sin comida, me daba el sol y me salían manchitas. Por eso me empezaron a decir Dálmata y cuando empecé a cantar tenía ese apodo y no había para qué ir a buscar otro”.
Desde entonces, Dálmata –cuyo nombre real es Fernando Mangual– también fue sinónimo de reguetón. Comenzó como productor, luego fue cantante.
Y en pleno apogeo del reguetón y de su carrera, después de grabar Dulce carita, dejó de hacer música y se dedicó a ver crecer a sus hijos. Hizo pocas excepciones, entre ellas su participación en la canción Sutra, de Sebastián Yatra.
Pero en diciembre volvió al ruedo con la canción Belleza latina. Para presentarla volvió a los medios a contar su historia. Habló sobre las épocas en que se creía que el reguetón se hacía en dúo porque estaban Ñejo & Dálmata, Wisin & Yandel o Zion & Lennox.
Dálmata cuenta que su famoso “dúo” con Ñejo fue como una de esas relaciones en las que nunca hubo una declaración oficial. Fueron dos solistas a los que la gente quería ver juntos.
(Puede leer una entrevista con el reguetonero colombiano Manuel Turizo: ‘Verán a un Turizo que no conocían”):
“Ñejo me ayudó mucho –relata Dálmata–. Yo era pobrecito y a veces estaba en la calle y dormía en su casa. Yo aporté en algo que le faltaba en cuestión de música. Él no era bueno haciendo coros. Entonces, lo ayudé con eso por un tiempito. Cuando empezó la fama, me iban a hacer un video a mí y yo lo invitaba, para que tuviera exposición. En mis primeros videos, él está asomadito. Y en los de él, me ves a mí. En algún momento hicimos canciones juntos. Pero nunca fuimos un dúo. Cuando tuvimos contratos, nos quisieron juntar. Hasta hicimos un CD con casi 20 canciones: Broke and Famous. Si analizas, solo 4 o 5 temas se hicieron en dúo. Lo demás eran canciones de cada uno.
¿Por qué entonces Ñejo & Dálmata?
La gente nos percibía juntos, porque había química y amistad. Casi no nos dejan ser solistas, pero lo éramos, aunque siempre hemos estado cerca. Después comenzamos a tener familia y a ir a ciertas cosas separados. Yo dejé de trabajar y él siguió, esto también hizo una brecha. Él no se ha retirado.
¿Por qué se retiró?
Por cosas personales. Pero ya resolví lo que tenía que resolver en mi vida, maduré, estoy más enfocado en lo que quiero hacer y hacia dónde quiero llegar. Ya mis hijos, que estaban pequeñitos, son grandecitos. Quería disfrutar más ese proceso de verlos crecer. Había desperdiciado esa oportunidad con mis otros hijos.
¿Qué cambios trae este regreso?
Soy una persona básicamente nueva. Sin vicios. Eso me va a dar para enfocarme en mi carrera. Arranco como un artista nuevo, aunque tengo una base de fanáticos. No es tan fácil decir: ‘Hey, volví, me tienen que escuchar’. Tengo que llegar poquito a poco. Tenía acercamientos para firmar con disqueras, pero me dio miedo. Comprometerme implicaba dejar a mi familia de la noche a la mañana. Decidí salir independiente.
¿El regreso le ha dado sorpresas?
Vi nacer al reguetón. Lo vi salir del vientre de su mamá. Fui un muchacho de bajos recursos. En Puerto Rico hay caseríos, son como barrios. Ahí se inició el género, como algo underground. Los cantantes salieron de ahí. El primero que hizo las cosas profesionales fue Daddy Yankee.
El reguetón tuvo evoluciones: llegaron las disqueras y fue el momento de meterle tecnología. Ahora lo que cambió no fue la forma de hacer la música, sino la forma de mercadearla. Cuando me fui, las plataformas digitales no eran tan importantes. Y cambió la forma de hacer dinero. Una persona como yo tiene que aprender mucho sobre los permisos y los derechos. Una carrera artística ahora es más rápida. Ahora los temas no duran ni seis meses. Se salen y se caen rápido, porque hay artistas y música nueva todos los días. Eso lo hace más difícil que antes.
¿Y cuál es su estrategia?
Ofrecer algo genuino que logre competir.